Secreciones cervicales: Razón por la cual la proporción de ciertos minerales de la dieta femenina selecciona el sexo de sus descendientes

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Autor:
Baretta, A. Sección de Métodos Naturales de Planificación Familiar. Instituto Abif, Córdoba, Argentina. E-mail: [email protected]

 

Resumen

Fundamentos: la dieta femenina previa al embarazo selecciona el sexo de sus hijos. Se desea evaluar los cambios macroscópicos que la ingesta opera en las secreciones cervicales, y si éstas tienen relación con el espermatozoide favorecido.
Método: Se evaluaron 40 mujeres con dieta histórica favorable al espermatozoide “Y”, cuya descendencia estaba compuesta de 76 hijos varones y 1 hija mujer; el coeficiente de minerales se cuantificó con los contenidos nutricionales de los alimentos, mediante planilla de cálculo. Posteriormente, siguieron durante tres meses una dieta favorable al espermatozoide “X”. Se evaluó un ciclo inicial predieta y un ciclo final postdieta según sus registros de moco (definiendo tres calidades: elasticidad – grosor – transparencia) y sensación, fotografías de moco, temperaturas y test de LH.

Resultados: El primer ciclo registrado demuestra abundante liquefacción de las secreciones, con moco fino/filante/acuoso, transparente, en casi todos los días evolutivos hasta la cúspide, incluyendo en algunos casos una licuefacción extra al inicio de la evolución del moco. En el último ciclo estudiado, predomina la sensación de sequedad, con moco denso/espeso/seco, semitransparente o blanco. La ovulación se suele postergar respecto a la cúspide, previo algunos días de moco en involución de características fértiles y ausencia de humedad.
Conclusión: El patrón fértil de mujeres que favorecen la concepción de varones, es diferente al de mujeres que favorecen la concepción de niñas. Las secreciones cervicales, modificadas por la dieta, aparecen como el factor más probable de selección espermática.
Palabras clave: moco cervical; fertilidad; elección del sexo del bebé; métodos naturales.

 

Introducción

La ingesta de minerales de la dieta femenina tiene influencia en el sexo de su descendencia. Se efectuó una réplica de la tesis doctoral de Michele Duc (Labro, 1984), evaluando la relación: Sodio + Potasio / Calcio + Magnesio, (medición que se realiza con los contenidos nutricionales de dichos minerales en los alimentos), y comprobamos sus conclusiones: efectivamente, en porcentajes superiores al 80%, las mujeres cuyo coeficiente resultante es menor que 2 (pertenecientes al rango uno) favorecen la concepción de hembras; y las mujeres cuyo coeficiente resultante es entre 4 y 6 (pertenecientes al rango tres) favorecen la concepción de machos. (Baretta, 2006); por otra parte, se determinó que hay distintos tipos microscópicos de moco cervical, que conforman estructuras heterogéneas (Odeblad, 1994) (Menárguez, Pastor, Odeblad 2003); y que la dieta opera variando el pH hacia una mayor acidez en las madres de niñas y hacia una menor acidez en las madres de varones. (Baretta, 2006)
Acerca del suceso de la ovulación, se advierten criterios históricos y actuales de asociación de simultaneidad entre ovulación y cúspide (pico) del moco. Billings (Billings E. and B.J. 2005-1), dice: “En el momento más alto de fertilidad, el moco produce una definida sensación de lubricación. El último día de esta sensación se marca como el día CUSPIDE del síntoma mucoso. Este punto es muy cercano al momento de la ovulación”. El Patrón de moco fértil standard, se inicia siendo grumoso/pegajoso-seco; luego comienza a elastizarse siendo denso-turbio, húmedo; se va transformando en fluido, filante, fino, transparente, mojado en progresivo aumento durante varios días, siendo su máxima filancia, transparencia, elasticidad y lubricación en la cúspide o pico del moco, coincidiendo entonces con su mayor alcalinidad y capacidad fértil. El día siguiente a la cúspide, se manifiesta una involución abrupta a sequedad, o al Patrón Básico Infértil (PBI) personal de humedad constante. (Billings E and B.J. 2005-2)
El PBI húmedo, de flujo vaginal, (Billings E. 2008) se describe por Billings como “un patrón sin cambios, que no cambia ni en la sensación ni en la apariencia, día tras día y ciclo tras ciclo, en los primeros días después de la menstruación” y que puede repetirse en la fase lútea. Y que dicho PBI-húmedo es exudado de células vaginales, no moco. Sin embargo esclarece que, en fase lútea y post cúspide, los tres primeros días, no se trata de exudado vaginal, sino de moco cervical desecado debido a la actividad de las Bolsas de Shaw, en respuesta al ascenso de la progesterona.
El Método Sintotérmico reconoce, en cambio, que la ovulación no puede determinarse con exactitud teniendo como único parámetro el moco cervical, y que el suceso de la ovulación puede acontecer dos días antes o después de la cúspide. En cuanto al patrón Standard que se enuncia, es de similares características al MOB. (Otte, A y otros, 2006)
En orden a la selección del sexo, históricamente, Landrum Shettles concluyó que las secreciones femeninas tienden a ser más alcalinas cuando la ovulación está muy cercana; y que en los momentos más alejados de la ovulación, tanto antes como después, las secreciones se hacen más ácidas. (Shettles, 1987). El y otros investigadores coincidieron que la selección espermática en el tracto genital femenino dependía entonces de la distancia temporal a la ovulación, con fundamento en el mayor tamaño, lentitud y longevidad del esp. X, con lo cual los coitos favorables a niñas debían distanciarse al menos 48 horas antes de la ovulación, y los coitos para niños debían coincidir con la ovulación, porque el espermatozoide “Y” es más veloz y menos longevo. (Shettles, 1961) (Billings y Westmore, 1983). Sin embargo, el mismo Shettles reconoce (Shettles, 1987) que otros investigadores (Guerrero, Harlap) reportan casos de niños concebidos hasta cinco días antes de la ovulación y niñas concebidas después de la ovulación. Por otra parte, Wilcox (Wilcox y otros, 1995) concluyen que el momento de la relación sexual en relación a la ovulación no tiene ninguna influencia sobre el sexo del bebé.
El objetivo de este estudio fue estudiar el patrón de secreciones cervicales, en su aspecto macroscópico, en mujeres madres que históricamente concibieron en su vida fértil solamente varones (a excepción una, que concibió dos niños y una niña), relacionándolo con la ingesta o dieta histórica de la mujer correspondiente a un coeficiente de minerales (entre 4,0 y 6,0), la cual tiene un efecto alcalinizante en las secreciones y favorece al espermatozoide “Y”; y los cambios que se operan en dicho patrón de secreciones cervicales mediante el pasaje a una dieta correspondiente al coeficiente de minerales (menor de 2,0), que actúa haciendo más ácidas dichas secreciones y favorece al espermatozoide “X”. Todo esto, a fin de evaluar si estos patrones son comparables con un modelo Standard. O por el contrario, que el patrón se modifica sustancialmente de acuerdo a la ingesta de la mujer.

 

Material y Métodos

Nuestra metodología de trabajo privilegió la utilización de métodos naturales e indicadores personales y domésticos para el registro de los ciclos, con doble comprobación: la determinación del suceso de la ovulación (doble parámetro: test de LH y temperatura), y la descripción del moco (doble parámetro: descripción de la mujer mediante calidades solicitadas y fotografías recibidas).
Método Sintotérmico: se instruyó adecuadamente a las mujeres a registrar sus ciclos mediante el método sintotérmico (SEGO, 2006), pidiendo además que describieran la apariencia del moco según tres (3) características intrínsecas establecidas a los efectos de este estudio: 1- elasticidad o no, 2- grosor (denso/gordo/espeso o fluido/fino/filante) y 3- transparencia o semitransparencia.

Se solicitó registrar asimismo la sensación íntima que provocan sus secreciones según cuatro características: Seca – Húmeda – Mojada – Lubricada (sus iniciales). Si notaban aumento progresivo en lo mojada, podían indicarlo con doble letra (MM o la expresión “muy mojada”); y si notaban disminución de la humedad (en intensidad, o en duración dentro del mismo día), podían indicarlo con minúscula (“h”, o la expresión “poco húmeda” o “humedad puntual”)
Fotos de moco cervical: se elaboró un archivo con fotos de variables de moco. Se solicitó asimismo que fotografiaran su moco y remitieran las fotografías a fin de cada ciclo.

Cúspide del moco: en el marco de una evolución progresiva de moco fértil y sensación de humedad en aumento, se consideró cúspide al último día de máxima humedad con abrupta involución a sequedad (o al PBI) al día siguiente.
Temperaturas: según instrucciones del MST. Se consideró el suceso más probable de la ovulación entre la última temperatura baja y la primera alta, de acuerdo a los protocolos de Anticoncepción Natural de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
Test de Hormona Luteinizante: se solicitó realizar adicionalmente el test de LH doméstico; se consideró el máximo de hormona LH como el único test positivo, o el intermedio de dos o más positivos equidistantes (en ausencia de positivos, se tomó el intermedio entre positivos débiles); se consideró el suceso más probable de la ovulación, 24 horas después de dicho máximo de LH.

Evaluación de ciclos: se evaluaron a ciclo completo, entre tres y cuatro ciclos por cada mujer. El primer ciclo, se consideró el más concordante con sus ciclos históricos con la dieta de rango tres. El último ciclo (tercero, o cuarto, según su longitud), se distanciaba en un promedio de tres meses al primero, y se consideró concordante con una dieta de rango uno.

Evaluación de coeficiente de minerales: se realizó mediante planilla formato Excel, programada para calcular el coeficiente Sodio + Potasio / Calcio + Magnesio según la información nutricional de cada alimento (Peña G. 1997), y recepción de composición informada en etiquetas de alimentos industriales junto a detalle de cantidades y frecuencias consumidas de todos los alimentos sólidos y líquidos, brindada por las mujeres acerca de su alimentación histórica.

Acceso al rango uno: se realizó mediante una dieta nutricionalmente balanceada, con altos niveles de calcio/magnesio y bajos de sodio/potasio, calculados con la misma planilla.
Internet y correo electrónico: las mujeres participantes viven en distintas ciudades de España y Latinoamérica, por lo que el envío y recepción de datos se materializó mediante el uso del correo electrónico. Ellas contactaron con nosotros con el propósito de favorecer la concepción de niñas.

 

Población

La población se compuso de 40 mujeres, entre 25 y 37 años, pertenecientes al rango tres, madres de 77 hijos: 76 de sexo masculino y una de sexo femenino. (Anexo uno). Coeficiente de minerales Sodio + Potasio/ Calcio + Magnesio, al inicio, entre 4,40 y 5,89
Se requirió condición saludable inicial y sin interrupción, ausencia de medicamentos y complementos multiminerales farmacéuticos o complementos nutricionales, ni uso de anticonceptivos durante el estudio.

 

Resultados

En las 40 mujeres se observó concordancia entre dos indicadores de ovulación (máximo de LH 24/48 horas antes de la primera temperatura alta), por lo cual se consideró en todos los casos el suceso de la ovulación, por doble comprobación, intermedio entre el máximo de LH y la primera temperatura alta. En cuanto a la relación entre ovulación y cúspide, se descubrió en varios casos ausencia de sincronización entre ambas, circunstancia que, evaluada junto a otras diferencias en las secreciones atribuibles a la dieta previa, amerita considerar que estos dos indicadores no siempre coinciden.
La diversidad del patrón fértil individual de cada mujer impide la comparación cuantitativa transversal para confeccionar datos estadísticos que reflejen resultados de importancia. Pero, una valoración “longitudinal” en el tiempo, en cada mujer (individual y cronológicamente), permitió observar características comunes muy pronunciadas.

A- Características del primer ciclo estudiado: se observa con frecuencia un PBI húmedo. Abundante liquefacción del moco en progresivo aumento: varios días de húmeda, o mojada/lubricada, en sintonía con abundante moco fino/filante/acuoso, bastante transparente y elástico. En algunos casos el moco de la cúspide se destruye y cae sin consistencia, como agua. Escaso moco denso/espeso/seco/turbio alejado varios días antes de la cúspide. Se suele observar una liquefacción extra a inicios de la evolución del moco, lo cual fue denominado “mini pico”, y se manifiesta como característico de muchas mujeres del rango tres. Se descartó la posibilidad de que constituyera un intento fallido de ovulación, ya que no presenta evolución previa ni involución posterior al PBI de la mujer, sino que forma parte del patrón personal evolutivo hacia la cúspide. La cúspide es evidente según patrones standard, con abundante liquefacción e involución inmediata a moco grumoso. La ovulación puede ocurrir en simultáneo con la cúspide, pero en muchos casos se anticipa a ella en uno o dos días (se denominó a este suceso desfasaje negativo), en cuyo caso se encuentra rodeada, antes, y a veces también después, de gran liquefacción del moco. El moco y sensación fértiles predominantes en el último ciclo se encuentra durante la cúspide y antes de ella durante varios días, y también en el mini pico.
Se presenta en Tabla I y Fotografía I un caso testigo (mujer “A”) con mini pico de moco y desfasaje negativo.

B- Características del último ciclo estudiado: PBI seco. Notable deshidratación del moco, con sensación de sequedad constante en sintonía con abundante moco denso/espeso/seco, semitransparente/blanco, con disminución de la elasticidad. A veces, debido a su gran consistencia, es imposible visualizarlo sin autopalpación cervical. En sintonía con los días de la cúspide, se observa durante pocas horas algún moco fino/filante/acuoso, elástico, poco transparente, o es reemplazado directamente por un moco denso/espeso, semitransparente/blanco, elástico, aunque no demasiado seco. La cúspide del moco puede tener 24 ó 48 horas de humedad ligera y/o alguna sensación puntual de mojada, por lo que resulta de difícil identificación según los indicadores standard. El mini pico de comienzos de evolución del moco desaparece o se atenúa considerablemente, al igual que la cúspide. La ovulación se produce uno, dos, tres días y algunas veces cuatro días después de la atenuada cúspide del moco, rodeada de moco denso y sensación de sequedad (se denominó a este suceso desfasaje positivo) y esto se evidencia más cuando la dieta corresponde a un coeficiente de minerales muy bajo, entre 1,30 y 1,40; el desfasaje positivo no es pronunciado cuando el coeficiente es más alto dentro del mismo rango, cercano a 2,00. En los casos de desfasaje positivo, la involución no es abrupta a moco Grumoso, sino que se observa en estos días moco involutivo de características fértiles, similar al de evolución: denso/espeso/seco, semitransparente/blanco, con disminución de la elasticidad y ausencia de humedad, hasta el suceso de la ovulación. El moco y sensación fértiles predominantes en el último ciclo se encuentra distanciado 24/48 horas de la cúspide, tanto antes como después de ella.
Se presenta en Tabla II, Fotografía II y Fotografía III un caso testigo (mujer “B”) con cuatro días de desfasaje positivo.

>> Ver Anexo

Discusión

1-Las mujeres que hasta entonces habían concebido niños, con una dieta del rango tres, poseen un patrón cervical caracterizado por abundante liquefacción, con moco filante, acuoso, elástico, y sensación de húmeda/mojada en casi todo su patrón fértil, incluyendo una licuación extra a principios de la evolución del moco. La ovulación sucede con frecuencia antes de la cúspide, y siempre acompañada de dichas secreciones. Se deduce que cualquier coito ubicado en este patrón de moco, es muy probable que den lugar a la concepción de machos, de acuerdo a la relación coeficiente de minerales/sexo de la descendencia (Labro, 1984) (Baretta, 2006), independientemente de la distancia que los separe de la ovulación.

2- La dieta de las mujeres que acceden durante un trimestre al rango uno, que acidifica las secreciones y es favorable a la descendencia de niñas, transforma radicalmente el patrón cervical preexistente, predominando la deshidratación, espesamiento y escasa elasticidad del moco, con sensación de sequedad en casi todos los días fértiles. Cuando el coeficiente es bastante bajo (1,30-1,40), la ovulación acontece retrasada respecto a la cúspide; en este caso, entre ambas, se observa moco en involución de características fértiles, en un promedio de dos días. Este moco post cúspide no corresponde a fase lútea (Billing, 2008) sino que es totalmente fértil y preovulatorio. La ovulación acontece acompañada siempre de las secreciones predominantes de este patrón de rango uno Se interpreta que estas secreciones cervicales son las que favorecen la concepción de niñas, de acuerdo a la relación coeficiente de minerales/sexo de la descendencia, y pueden coincidir o no con la ovulación.
Se desprende de las observaciones de este estudio que la selección espermática no depende de la velocidad y/o longevidad de los espermatozoides, y en consecuencia de su distancia con la ovulación; sino de las secreciones cervicales que los mismos encuentran al momento del coito. Y que la calidad de dichas secreciones depende de la dieta previa a la concepción, según el coeficiente de minerales mencionados.
En consecuencia, se coincide con las conclusiones de Wilcox y col., respecto a que el sexo del bebé no tiene relación con el suceso de la ovulación. Pero se advierte que, en algunas mujeres, puede tener relación con el suceso de la cúspide: durante la cúspide del moco, se favorecería a niño, y alejado de la cúspide se favorecería a niña. Se evaluó como probable que Shettles haya enunciado sus reglas considerando que cúspide y ovulación eran sucesos simultáneos. Y que además, no tuvo en cuenta las variaciones de mujer a mujer debido a su dieta.

 

Conclusión

El patrón de moco cervical de mujeres que conciben niños es muy diferente que el de mujeres que conciben niñas, y la calidad de las secreciones está relacionada con el coeficiente de minerales de su dieta. Las secreciones cervicales aparecen como el factor más probable de selección espermática, y no la longevidad o supervivencia de los espermatozoides, o la distancia a la ovulación. Es necesario estudiar más profundamente este tema, no solamente por la capacidad predeterminante del sexo que poseen las secreciones cervicales, sino por su potencial ya conocido como selectoras de espermatozoides defectuosos, por lo que pueden aportar avances en la prevención de enfermedades; como así también para su aplicación en los métodos de planificación natural de la familia. Los patrones enunciados como “Standard” no son comunes a toda la población femenina, y muchas mujeres no se sentirían identificadas con los mismos. Finalmente, se debe adecuar el lenguaje utilizado al enunciar reglas en métodos naturales, distinguiendo entre “cúspide de moco” y “ovulación” como dos sucesos que pueden coincidir en el tiempo, o no.

 

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