Reproducción Asistida Profesional

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(Este artículo está orientado a la población, pero también pueden ser consultadas sus fuentes científico-bibliográficas por profesionales de la salud)

 

Definición de reproducción asistida según la RAE

 

Existen varias definiciones del procedimiento de “asistir”, que surgieron a partir de la implementación de las técnicas in vitro, y en consecuencia, de sus necesidades de incluirse en alguna enunciación; lo definen la OMS, la jurisprudencia, Wikipedia, etc.

 

Según la Real Academia Española, el término asistir significa “Socorrer, favorecer, ayudar” (inciso 4);  y en medicina específicamente “Cuidar enfermos y procurar su curación” (inciso 5).  De lo cual se infiere que hay un proceso o actividad principal (en el caso que nos ocupa, el acto sexual natural tendiente a la concepción) al cual se subordinan otros procedimientos que lo ASISTEN, pero nunca (siempre según la RAE) lo REEMPLAZAN O LO SUSTITUYEN. Y que además, dichos procedimientos DE ASISTENCIA procuran su solución o curación, por lo cual jamás podrían sustituir indefinidamente al proceso principal.

 

Deberán la OMS y otros organismos revisar su definición, al menos en lengua española.

 

Por todas esas razones, el Método Baretta® como así también otros procedimientos actuales (Naprotecnología®, Biotecnología, etc) están contenidos en la reproducción asistida profesionalmente.  Y en todos los procesos principales a los cuales se subordina la asistencia: fecundación asistida, fertilidad asistida, procreación asistida, etc.

 

 

El método Baretta y su aporte a los Casos de Esterilidad/Infertilidad

 

El Método Baretta®  es el conjunto de investigaciones y estudios sobre las técnicas profesionales que se pueden aplicar para asistir, facilitando la procreación,  a una pareja que desea y está buscando la concepción  de un hijo, sin lograrlo. O también para seleccionar naturalmente el sexo de un futuro bebé, antes de la concepción.

 

Todo esto, colaborando con la reproducción, de manera natural, y no de manera artificial.

 

Dentro de las causales de esterilidad, tenemos las  de “origen desconocido”, son causas que no derivan de problemas físicos ni hormonales, por lo que agotan las posibilidades de ayuda al declararse medicamente desconocido su origen. (ESCA O EOD)

También existen causas relativas (no absolutas) de dificultades en la concepción contempladas como relacionadas al trastorno alimentario como:

 

 

Todas estas problemáticas, con grandes posibilidades de solución mediante la optimización de las secreciones cervicales y en otros niveles del aparato reproductor femenino, mediante el mejoramiento pronunciado en los casos mencionados (todo lo cual está contemplado en el METODO BARETTA®) asegurando POR LO MENOS la misma eficacia que las técnicas artificiales en casos de esterilidad (ya que en preselección del sexo, los porcentajes de éxito son mucho más altos y superan ampliamente los de las técnicas DGPI artificiales y sustitutas de la reproducción)

 

 

El Método Baretta, favorece y ayuda a optimizar el ambiente genital femenino, para que éste sea apto y receptivo a los espermatozoides, volviéndolo mas favorable para la  concepción y anidación embrionaria. (6) (7) (8)

 

Lo hace a través de la dieta: llevándola a niveles calculados y definidos de alcalinidad (optimizante) y disminuyendo a su vez la acidez del mismo (hostilizante), utilizando datos recabados en poblaciones hiperfértiles.  (10) (12)

Y también, aporta la instrucción adecuada y profesional en MST (método Sintotérmico): una metodología que ayudará a interpretar los ciclos de la mujer, pudiendo predecir en qué momentos del periodo, éste se torna más fértil (ovulación). (9)  Este sistema de registros de planillas mensuales, se complementa con la realización, registro  e interpretación de tests hormonales.

Todo esto, además de favorecer naturalmente la concepción de un hijo del sexo deseado, lo cual fue su origen desde hace  27 años. (11) con porcentajes que, profesionalmente llevado, rondan el 94% de éxitos.

 

 

BIBLIOGRAFIA

1. LABRO F. y Papa F. Elige el sexo de tu hijo, Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 1984, pp 144-145.
2. EGGERT-KRUSE et al. “El pH como determinante importante en la interacción moco-semen” Fertility and Sterility 59 (3) pp. 617-628, en Obstetricia y Ginecología, 1993, Vol. 7 N. 4.
3. CRAMER DW., Xu H., Sahi T.“Adult hypolactasia, milk consumption and age-specific fertility”. Am. J. Epidemiol, 1994, 139 pp. 282-289. Disponible en Internet al 05/05/2019 en https://www.researchgate.net/publication/15081855_Adult_Hypolactasia_Milk_Consumption_and_Age-specific_Fertility http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.917.771&rep=rep1&type=pdf
4. CRAMER DW et al. en Harvard. “Galactose consumption and metabolism in relation to the risk of ovarian cancer” Lancet, 1989, 2, pp. 66-71.
5. CRAMER DW et al “Productos lácteos y nutrientes en relación con el riesgo de cáncer de ovario y subtipos histológicos principales” Disponible en Internet al 05/05/2019 en https://translate.google.com.ar/translate?hl=es-419&tab=wT&sl=en&tl=es&u=https%3A%2F%2Fwww.ncbi.nlm.nih.gov%2Fpmc%2Farticles%2FPMC3495088%2F (2013)
6. CUEVAS Fernández O. El Equilibrio a través de la Alimentación, Barcelona, Ed. Olga Cuevas Fernández, 1999, 380 pp. Disponible en Internet en https://es.scribd.com/document/149467912/El-Equilibrio-a-Traves-de-La-Alimentacion-OCR-Olga-Cuevas al 04/05/2019
7. CUEVAS Fernández O. Come alimentos de verdad y olvídate de las modas. 2018 Video en dos partes disponibles el 05/05/2019 en https://es.scribd.com/document/149467912/El-Equilibrio-a-Traves-de-La-Alimentacion-OCR-Olga-Cuevas
8. REDONDO CUEVAS, L. La otra cara de la leche, pag 9 y 10, 2017, E-book disponible en Internet al 05/05/2019 en http://www.luciaredondo.com/la-otra-cara-de-la-leche-2017 Editorial Mad – Sevilla
9. SEGO (2006). Anticoncepción Natural. Protocolo de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
10. ACIPRENSA. Boletín en línea. “Investigadora habría descubierto conexión entre alimentación e infertilidad” 27 de febrero de 2003 Ed. Agencia Católica Internacional <http://www.aciprensa.com/notic2003/febrero/notic1787.htm> 2003
11. Estudio «Secreciones Cervicales: Razón por la cual la Proporción de Ciertos Minerales de la Dieta Femenina Selecciona el Sexo de sus Descendientes». Publicado por el Colegio Médico de Santa Fé Primera Circunscripción Revista Nro. 3 pag 17-24. Julio de 2018 Disponible en: www.adrianabaretta.com.ar
12. Baretta A. (2006) Niña o niño, ya puedes elegir, 2da. edición pag 107-117 Editorial Mad – Sevilla
13. Duc M. (1977) «De l’influence des apports nutritionnels en ions K, Na, Ca, Mg, sur le sexe ratio chez l’homme. Thèse de doctorat en médecine, Paris.
14. Lorrain J. et Gagnon R. (1975) «Sélection préconceptionnelle du sexe». Union Médic. Canada; fascicule 104 pages 800 à 803.
15. Seguy B. (1976) «Détermination et sélection volontaires du sexe» – Nouv. Presse Méd., 5, page 503
16. Shettles L.B (1961). Human spermatozoan shapes in relation to sex ratios. Fértil. Steril. 12: 502-508
17. Shettles L. B. y Rorvik D. (1987). Como elegir el sexo de tu hijo, Barcelona, Ed. Plaza & Janes. 62-63; 84 en ad; 127-151
18. Stolkowski J. et Duc M. (1977) «Alimentation minérale (Na+, K+, Ca++, Mg++) chez les femmes n’ayant que des enfants du même sexe.» – Cahiers nutrition et diététique, 12, 2, pages 153 à 156 et Union Médic. Canada, 106, page 1351 à 1355.
19. Stolkowski J. et Lorrain J. (1982) «Sélection préconceptionnelle du sexe». La vie médicale au Canada français, 11, 3, pages 120 à 128.
20. Stolkowski J. et Choukroun, J. (1986) «Diététique et sélection préconceptionnelle du sexe». – Revue française de diététique n°119,4, pages 4 à 9.
21. University of Exeter (2008, April 23). Mother’s Diet Influences Infant Sex: High Energy Intake Linked To Conception Of Sons. ScienceDaily. (Acceso 25 de julio de 2009, en http://www.sciencedaily.com /releases/2008/04/080422194553.htm)
22. Wilcox A. et all (1995). Timing of sexual intercourse in relation to ovulation. Effects on the probability of conception, survival of the pregnancy, and sex of the baby. The New England Journal of Medicine, 1995; 333: 1517-21