Revista del Colegio Médico de Santa Fé 1ra. jurisdicción, Nro. 3, julio del 2018, páginas 17-24
Autor: Baretta A y Rao A.
Antecedentes: la dieta femenina previa al embarazo selecciona el sexo de sus hijos, modificando de manera evidente el patrón de moco cervical. Se desea evaluar los resultados de sincronizar coitos con las secreciones consideradas adecuadas a cada espermatozoide de acuerdo a la dieta. MÉTODOS: Se evaluó el coeficiente de minerales de la dieta histórica de 4 (cuatro) mujeres cuya descendencia estaba compuesta de 16 hijos varones (cuatro hijos cada una), y se interpretó un primer ciclo que se consideró coherente con su dieta histórica; el coeficiente se cuantificó con los contenidos nutricionales de los alimentos, mediante planilla de cálculo. Posteriormente, siguieron durante tres meses una dieta favorable al espermatozoide “X”, y se evaluaron los cambios notables en la calidad de sus secreciones cervicales. Finalmente, se conformó una población de 35 mujeres en idénticas condiciones, y se les dio además indicaciones para sincronizar coitos de acuerdo a las secreciones observadas día a día (definiendo tres calidades: elasticidad – grosor – transparencia) y sensación experimentada, habiéndose interpretado tres ciclos anteriores mediante registros personales, fotografías de moco, temperaturas y test de LH. RESULTADOS: Sobre una población de 35 mujeres que quedaron embarazadas a lo largo de un año, en el 94,28% de ellas el sexo de sus hijos respondió a la calidad de las secreciones coincidentes con sus coitos, independientemente de la distancia a la ovulación. CONCLUSIONES: Las secreciones cervicales, modificadas por la dieta, son un factor determinante de la selección espermática.
Palabras clave: moco cervical; fertilidad; elección del sexo del bebé; métodos naturales.
La ingesta de minerales de la dieta femenina, según la relación: Sodio + Potasio / Calcio + Magnesio, (medición que se realiza con los contenidos nutricionales de dichos minerales en los alimentos) influye en el sexo de su descendencia. Distintos estudios (Lorrain et Gagnon, 1975) (Duc, 1977) (Stolkowski et Duc, 1977) (Stolkowski et Lorrain, 1982) (Papa et all, 1983) (Labro, 1984) (Stolkowski et Choukroun 1986) concluyen que en porcentajes que promedian el 80%, las mujeres cuyo coeficiente resultante es menor que 2 (pertenecientes al rango uno) favorecen la concepción de hembras; y las mujeres cuyo coeficiente resultante es entre 4 y 6 (pertenecientes al rango tres) favorecen la concepción de machos. Se atribuye la selección espermática a la distinta carga electrónica de cada espermatozoide y a una bipolaridad del óvulo producto de la dieta; manifiestan que el 20% de fallos se mantiene aún en poblaciones con dietas muy controladas.
Por otra parte, se determinó que hay distintos tipos microscópicos de moco cervical, que conforman estructuras heterogéneas a lo largo del patrón fértil de cada mujer (Odeblad 1992) (Odeblad, 1994) (Menárguez et all 2003).
En orden a la selección del sexo, Landrum Shettles y otros investigadores (Shettles, 1987) (Shettles, 1961) (Billings y Westmore, 1983), coincidieron que la selección espermática dependía de la distancia temporal a la ovulación, con fundamento en la mayor lentitud y longevidad del esp. X, con lo cual los coitos favorables a niñas debían distanciarse al menos 48 horas antes de la ovulación, y los coitos para niños debían coincidir con la ovulación, porque el espermatozoide “Y” es más veloz y menos longevo. Sin embargo, el mismo Shettles reconoce (Shettles, 1987) que otros investigadores (Guerrero, Harlap) arriban a conclusiones opuestas, e investigaciones más recientes (Wilcox y otros, 1995) concluyen que el momento de la relación sexual en relación a la ovulación no tiene influencia sobre el sexo del bebé.
El objetivo de este estudio fue estudiar el patrón de secreciones cervicales, en su aspecto macroscópico, en madres que históricamente concibieron en su vida fértil solamente varones, relacionándolo con la ingesta histórica de la mujer correspondiente a un coeficiente de minerales (entre 4,0 y 6,0), la cual favorece al espermatozoide “Y”; evaluar los cambios que se operan en dicho patrón de secreciones cervicales, después de la aplicación de una dieta correspondiente al coeficiente de minerales (menor de 2,0), que favorece al espermatozoide “X”, durante tres meses. Finalmente, proponer la sincronización de coitos para favorecer al “X” de acuerdo al moco cervical observado día a día en el patrón modificado por la dieta, a fin de establecer la relación existente entre la calidad de las secreciones, el contenido de minerales de la dieta, la distancia a la ovulación, y el sexo del bebé.
Nuestra metodología de trabajo privilegió la utilización de métodos naturales e indicadores personales y domésticos para el registro de los ciclos, con doble comprobación: la determinación del suceso de la ovulación (doble parámetro: test de LH y temperatura), y la descripción del moco (doble parámetro: descripción de la mujer mediante calidades solicitadas y fotografías recibidas).
Método Sintotérmico: se instruyó adecuadamente a las mujeres a registrar sus ciclos mediante el método sintotérmico (SEGO, 2006), pidiendo además que describieran la apariencia del moco según las iniciales de tres (3) características intrínsecas establecidas a los efectos de este estudio: 1- elasticidad o ausencia, 2- grosor (denso/gordo/espeso o fluido/fino/filante) y 3- transparencia o semitransparencia. Se solicitó registrar asimismo la sensación íntima que provocan dichas secreciones según cuatro características: Seca – Húmeda – Mojada – Lubricada. Cúspide del moco: se consideró cúspide al último día de máxima humedad con posterior involución al día siguiente. Temperaturas: se consideró el suceso más probable de la ovulación entre la última temperatura baja y la primera alta, de acuerdo a los protocolos de Anticoncepción Natural de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
Fotos de moco cervical: se elaboró un archivo con fotos de variables de moco. Se solicitó asimismo que fotografiaran su moco y remitieran las fotografías a fin de cada ciclo.
Test de Hormona Luteinizante: se solicitó realizar adicionalmente el test de LH doméstico; se consideró el máximo de hormona LH como el único test positivo, o el intermedio de dos o más positivos equidistantes (en ausencia de positivos, se tomó el intermedio entre positivos débiles); se consideró el suceso más probable de la ovulación, 24 horas después de dicho máximo de LH.
Evaluación de ciclos: se evaluaron a ciclo completo, entre tres y cuatro ciclos por cada mujer de la población I. El primer ciclo, se consideró el más concordante con la dieta de rango tres. El último ciclo (tercero, o cuarto, según su longitud), se distanciaba en un promedio de tres meses al primero, y se consideró modificado por la dieta de rango uno. En la población II se evaluó además el ciclo de concepción con referencia a los coitos mantenidos.
Evaluación de coeficiente de minerales: se realizó mediante planilla formato Excel, programada para calcular el coeficiente Sodio + Potasio / Calcio + Magnesio según la información nutricional de cada alimento (Peña G. 1997), y recepción de composición informada en etiquetas de alimentos industriales junto a detalle de cantidades y frecuencias consumidas de todos los alimentos sólidos y líquidos, brindada por las mujeres acerca de su alimentación histórica. Acceso al rango uno: se realizó mediante una dieta nutricionalmente balanceada, con altos niveles de calcio/magnesio y bajos de sodio/potasio, calculados con la misma planilla para responder a un coeficiente de entre 1,30-1,40.
Internet y correo electrónico: las mujeres participantes viven en distintas ciudades de España y Latinoamérica. El envío y recepción de datos se materializó mediante el uso del correo electrónico. Ellas contactaron con nosotros con el propósito de favorecer la concepción de niñas.
Indicaciones para favorecer al espermatozoide “X”: se indicó ubicar el/los coitos distanciándose antes o después de cualquier secreción cervical licuada cercana a la cúspide de moco, y coincidiendo con moco poco elástico, denso/espeso, blanquecino/opaco, con sensación de sequedad, aunque fuese simultáneamente con la ovulación.
I- La población “I” se compuso de 4 mujeres, entre 25 y 37 años, pertenecientes al rango tres, madres de 16 hijos de sexo masculino. Coeficiente de minerales (Sodio + Potasio/ Calcio + Magnesio), al inicio, entre 4,40 y 5,89 (SD=0,25)
Se requirió condición saludable inicial y sin interrupción, ausencia de medicamentos y complementos multiminerales farmacéuticos o complementos nutricionales, ni uso de anticonceptivos durante el estudio.
II- La población “II” se compuso de 35 mujeres en idénticas condiciones a la población “I” (SD=0,28); y que quedaron embarazadas luego de tres meses de dieta y antes de un año de intentos.
En la población “II”, se incluyeron tanto las que siguieron las indicaciones de coito para favorecer al “X” como las que las contrariaron, y estas últimas fueron consideradas grupo testigo.
En las 4 mujeres de la población I se observó concordancia entre dos indicadores de ovulación (máximo de LH 24/48 horas antes de la primera temperatura alta), por lo cual se consideró en todos los casos el suceso de la ovulación, por doble comprobación, intermedio entre el máximo de LH y la primera temperatura alta.
Características del primer ciclo estudiado (coeficiente histórico rango tres):
Abundante liquefacción/alcalinización del moco en progresivo aumento.
Escaso moco ligeramente denso alejado varios días antes de la cúspide.
Liquefacción extra a inicios de la evolución del moco.
La cúspide es simultánea o se posterga respecto a la ovulación, por lo que ésta acontece en plenas secreciones muy alcalinas (se denominó a este suceso desfasaje negativo entre ovulación y cúspide).
Tanto en evolución como en la cúspide/ovulación, predomina el moco licuado, muy alcalino, y la involución es abrupta y repentina.
Se presenta en Tabla I y Fotografía I un caso testigo (mujer “A”).
Características del último ciclo estudiado (coeficiente 1,30 – 1,40 durante tres meses de dieta):
Notable deshidratación/acidificación del moco.
Escaso moco fino/acuoso en la cúspide.
Se atenúa o desaparece la liquefacción extra inicial.
La cúspide puede tener solamente 24 ó 36 horas de secreciones alcalinas, y retrocede uno, dos, tres días y excepcionalmente cuatro días antes de la ovulación, por lo que ésta se observa rodeada de secreciones más ácidas de involución (se denominó a este suceso desfasaje positivo entre ovulación y cúspide).
La involución no es abrupta, y tanto en evolución como involución el moco predominante es de características de baja alcalinidad.
Se presenta en Tabla II, III y IV, Fotografía II y Fotografía III un caso testigo (mujer “B”) con cuatro días de desfasaje positivo.
Las 35 mujeres de la población II respondieron a las mismas características generales de ciclos expresadas, y quedaron embarazadas en un período entre tres meses y un año desde el inicio de la dieta. Veinte concibieron según las indicaciones dadas para favorecer al espermatozoide “X”, y quince optaron por distanciarse 48 horas antes de la ovulación, coincidiendo con las secreciones alcalinas residuales post dieta, aún habiéndoseles advertido que de esa manera favorecerían al espermatozoide “Y” según nuestra hipótesis. A saber:
Catorce (14) tuvieron un único coito fértil pasadas al menos 48 horas después de la cúspide (durante moco espeso en involución), en plena ovulación con desfasaje positivo: concibieron trece niñas y un niño.
Seis (6) tuvieron coito único anticipándose al menos 48 horas a la cúspide (durante moco espeso en evolución): concibieron seis niñas.
Quince (15) mujeres prefirieron distanciarse 48 horas antes de la ovulación (durante moco licuado/filante de la cúspide), optando libremente por los fundamentos de supervivencia y velocidad de los dos tipos de espermatozoides de las reglas del Método Shettles: concibieron catorce niños y una niña.
De veinte mujeres (a, b) que obedecieron las indicaciones, diecinueve concibieron niñas, dependiendo su sexo de la calidad de las secreciones al momento del coito, e independientemente de la distancia a la ovulación.
De quince mujeres (c) que desobedecieron las indicaciones, catorce concibieron niños, dependiendo su sexo de la calidad de las secreciones al momento del coito, habiéndose alejado antes de la ovulación.
De estos resultados (1) y (2) se infiere que el sexo de la prole obedeció a nuestra hipótesis en 33 de 35 nacimientos, significando un 94,28% de resultados favorables.
Valorando los coitos según las reglas del metodo Shettles, de los 35 casos evaluados, solamente seis (b) tuvieron coito anticipándose varios días a la ovulación y concibieron niñas, los que sumados a los dos fallos de nuestra hipótesis, suman ocho casos que significarían un 22,86% de aciertos atribuibles a dicho método.
1-Las 4 mujeres que hasta entonces habían concebido solamente niños, con una dieta del rango tres, poseían un patrón cervical caracterizado por abundante liquefacción, con moco filante, acuoso, elástico, y sensación de húmeda/mojada en casi todo su patrón fértil, incluyendo una licuación extra a principios de la evolución del moco. La ovulación sucedió antes de la cúspide, y siempre acompañada de dichas secreciones. Se deduce en primera instancia que cualquier coito ubicado en este patrón de moco, es muy probable que den lugar a la concepción de machos, de acuerdo a la relación coeficiente de minerales/sexo de la descendencia (Lorrain, 1975) (Duc, 1977) (Stolkowski et Duc, 1977) (Stolkowski et Lorrain, 1982) (Papa et all, 1983) (Labro, 1984) (Stolkowski et Choukroun 1986)(Baretta, 2006), independientemente de la distancia que los separe de la ovulación.
2- La dieta de las mujeres que accedieron durante al menos un trimestre al rango uno, que acidifica las secreciones y es favorable a la descendencia de niñas, transformó radicalmente el patrón cervical preexistente, predominando la deshidratación, espesamiento y escasa elasticidad del moco, con sensación de sequedad en casi todos los días fértiles. Cuando el coeficiente de minerales es bastante bajo (1,30-1,40), la ovulación acontece retrasada respecto a la cúspide; en este caso, entre ambas, se observa moco en involución, nuevamente espeso y deshidratado, pero de características fértiles, en un promedio de dos días. Este moco post cúspide no corresponde a fase lútea (Billing, 2008) sino que es preovulatorio. La ovulación acontece simultáneamente con las secreciones de involución, secreciones que además predominan en el patrón mucoso, tanto antes como después de la cúspide del moco, luego de un trimestre de dieta con los mencionados coeficientes de minerales.
3- Se comprobó en 35 mujeres que estas secreciones cervicales espesas y deshidratadas son las que favorecen la concepción de niñas, en total acuerdo con la relación coeficiente de minerales/sexo de la descendencia, y pueden coincidir o no con la ovulación.
Dos o tres días antes de la ovulación, se mantuvo, aun superado el trimestre de dieta, una cúspide atenuada del moco, que conservaba características de licuefacción, y estas secreciones alcalinas residuales favorecieron la concepción de niños.
En consecuencia, se coincide con las conclusiones de Wilcox y otros, respecto a que el sexo del bebé no tiene relación con el suceso de la ovulación. Pero se advierte que sí tiene relación con el suceso de la cúspide: durante la cúspide del moco, se favoreció a niño, y alejado de la cúspide se favoreció a niña, y este estudio lo ha comprobado en un 94,28% de casos.
La relación respecto al suceso temporal de la ovulación (Método Shettles), se verificó solamente en un 22,86% de los casos estudiados.
Por último, se considera que el 20% de fallos persistentes manifestados por otros investigadores en estudios previos sobre la dieta, puede deberse a que el factor de selección espermática no es la bipolaridad del ovulo, sino la diversidad de las secreciones cervicales y del patrón mucoso correspondientes a cada dieta; y que estos últimos no alcanzan a modificarse de manera total en una dieta acotada en el tiempo.
Baretta, Adriana: Concepción y diseño de la investigación; adquisición, análisis e interpretación de datos; redacción del artículo. E-mail: [email protected]
Rao, Anabella: Diseño de la herramienta de cálculo (coeficiente de minerales); análisis estadístico de los datos; preparación de tablas; exámen crítico del contenido del artículo; aprobación final del artículo. E-mail: [email protected]
La selección espermática no depende de la velocidad y/o longevidad de los espermatozoides, ni de la distancia del coito fecundante con la ovulación, ni de la bipolaridad del óvulo, sino de las secreciones cervicales que los mismos encuentran al momento del coito. Tanto la calidad de dichas secreciones, como el patrón cervical que conforman dentro del ciclo, dependen de la dieta previa a la concepción, según el coeficiente de minerales Sodio + Potasio/ Calcio + Magnesio.
Baretta A. Niña o niño, ya puedes elegir. Colección Salud y Familia, Eduforma, Editorial Mad 2006, Sevilla; pp 52-54.
Billings E and Westmore A. Il Método Billings. Trad. al italiano de A. Capella 1983, Milán; pp 69-70.
Billings E. The Basic Infertile Pattern. Boletin Woombs 2008 35, Nº 3,
Duc M. De l’influence des apports nutritionnels en ions K, Na, Ca, Mg, sur le sexe ratio chez l’homme. Thèse de doctorat en medicine 1977, Paris.
Labro F & Papa F. Elige el sexo de tu hijo. Ediciones Martínez Roca 1984, Barcelona; pp 75-76
Lorrain J et Gagnon R. Sélection préconceptionnelle du sexe. Union Médic.Canada, 1975; 104: pp 800-803.
Menárguez M et all. Morphological characterization of different human cervical mucus types using light and scanning electron microscopy. Human Reprod 2003; 18-9: pp 1782-1789.
Odeblad E. The Discovery of Different Types of Cervical Mucus and the Billings Ovulation Method. Bulletin of the Natural Family Planning Council of Victoria 1994; 21-3
Odeblad E. Recent research on cervical mucus. In Proceedings III Symposium Intemacional sobre Avances en Regulacion Natural de la Fertilidad 5-7 November 1992, Malaga. Eds. J. F. C. Navajas and E. G. Gracias.
Papa F et all. Sélection préconceptionnelle du sexe par la méthode ionique. J. Gynécol. Obstét. Biol. Reprod. 1983; 12: p 415.
Peña, G. Contenidos en Macronutrientes y Minerales. Tablas de Composición de Alimentos – Anexo 2.1, 17-36– Nutricia 1997, Madrid. (Acceso 20/10/2016 en
http://comedoresugr.tcomunica.org/docs/composicion_alimentos.pdf )
SEGO. Anticoncepción Natural. Protocolo de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, 2006 www.sego.es
Shettles LB. Human spermatozoan shapes in relation to sex ratios. Fertil. Steril. 1961; 12: pp 502-508
Shettles LB & Rorvik D. Como elegir el sexo de tu hijo, Ed. Plaza & Janes 1987, Barcelona; pp 62-63; 84; 127-151
Stolkowski J & Duc M. Alimentation minérale (Na+, K+, Ca++, Mg++) chez les femmes n’ayant que des enfants du même sexe. Cahiers nutrition et diététique 1977; 12-2: pp 153-156 et Union Médic. Canada 1977; 106: pp 1351-1355.
Stolkowski J & Lorrain J. Sélection préconceptionnelle du sexe. La vie médicale au Canada français 1982; 11-3: pp 120 – 128.
Stolkowski J &t Choukroun J. (1986) Diététique et sélection préconceptionnelle du sexe. Revue française de diététique 1986; 119-4: pp 4-9.
Wilcox A et all. Timing of sexual intercourse in relation to ovulation. Effects on the probability of conception, survival of the pregnancy, and sex of the baby. The New England Journal of Medicine, 1995; 333: pp 1517-21